lunes, 21 de julio de 2014

Sierra del Crespón. Pico Fueyo


Datos de la ruta
Salida y llegada: Villamorey (en el concejo de Sobrescobio) 
Distancia: 14,4 km 



Duración: 5:30 h (sin contar paradas) 
Subidas acumuladas: 1000 m 
Altura Inicial y Final: 390 m 
Altura máxima: 1145 m 
Fecha de realización: 19/VII/2014
Dificultad: media
Track de la ruta









Como los servicios de información meteorológica pronosticaban lluvia a partir de las 2 de la tarde, decidimos hacer una ruta no muy larga y cercana a Gijón. Desde Rioseco, por la SC-2, llegamos a Villamorey, aldea del concejo de Sobrescobio, y aparcamos al lado de la ermita y del panel que señala la ruta PR-AS 121. La completaremos introduciendo dos variantes: la visita a su famoso torreón y la subida al pico Fueyo o Llampaces.

Villamorey,

En Villamorey hay una ermita dedicada a San Roque, un lavadero con fuente de aguas abundantes, hórreos, paneras y casas arregladas. Comenzamos a caminar siguiendo las marcas del PR por una pista entre castaños y robles que avanza hacia el norte. Poco a poco vamos ganando altura. En la zona de Los Collaos el camino da una amplia curva hacia el oeste y el bosque desaparece permitiéndonos disfrutar de magníficas vistas del embalse y la localidad de Rioseco, del torreón de Villamorey, la aldea de Campiellos o los picos Gamonal y la Xamoca. Hay un peñasco en la zona más llana desde donde obtenemos las mejores fotos. Así, después de caminar 1,5 km, llegamos al desvío a la derecha que lleva a cercana majada de Vallimaor. Un poste de información señala hacia la Mayá de Fresneo y hacia el torreón de Villamorey.

El camino sube entre castaños y robles.

Buscando las marcas de ruta PR-AS177 “Torrexón de Villamorey”, que hasta aquí coincide con la que traemos, emprendemos un vertiginoso descenso perdiendo unos 150 metros de altura por una senda que al principio no se aprecia entre los altos helechos que cubren el suelo del bosque. Las marcas están ocultas o han desaparecido prácticamente al ser esta vía de acceso poco usada ahora. La referencia consiste en seguir el lomo de la montaña. Abajo, enlaza con el camino bueno que viene directo desde la aldea y que el ayuntamiento de Sobrescobio ha señalizado como Senda verde SC-001 “Villamorey. El Torreón”. Lo seguimos hasta una cabaña en ruina situada contra el peñasco sobre el que luce el torreón. La senda rodea la peña por la izquierda y nos permite acceder a su cima después de una corta y sencilla trepada.

Torreón de Villamorey.

 El torreón es lo que queda del antiguo castillo y data del reinado de Alfonso I en el siglo VIII aunque tiene origen romano. En el XII se le entrega a la Orden de Santiago junto con el Coto de Sobrescobio y se sabe que ya en el siglo XIV el castillo estaba en ruinas.
Más cómodo nos habría resultado seguir la senda verde, pues ahora hay que remontar los 150 metros perdidos. Una vez de vuelta en Vallimaor, dejamos a la derecha el camino de acceso a la majada y retomamos las marcas del PR 121 sumergiéndonos de nuevo en el bosque hasta alcanzar una riega donde el camino ancho se convierte en sendero. Siempre en ascenso, da varias revueltas, hasta alcanzar la majada de Fresneo, donde hay alguna cabaña en uso y varios prados rodeados por fresnos. Nos asomamos a la ladera norte de la peña desde donde tenemos buenas vistas del valle del Nalón.

Presa de Rioseco y torreón de Villamorey.

Majada de Fresneo.

La senda gira a la izquierda dejando a la derecha la cabaña y a la izquierda un prado. Se dirige al sur, entre los altos helechos que casi nos tapan, hacia el collado que forman el picacho de La Argañosa y el resto de la sierra. Al llegar, encontramos las ruinas de la majada La Argañosa y buenas vistas hacia el este. La senda ahora nos encamina hacia poniente remontando las peñas de la sierra. Enseguida, a media altura, encontramos la tubería que trae el agua desde la Fontona de los Arrudos a Gijón. Retomamos la dirección sur por encima de ella en un cómodo y llano paseo hasta alcanzar el siguiente collado. Llampaces, se llama, y tiene una majada con algunas cabañas de uso reciente aunque en riesgo de ruina inminente rodeadas de fresnos.

Majada de la Argañosa; embalse y localidad de Rioseco.

Antes de subir al Pico Fueyo caminamos un corto trecho sobre la tubería que lleva el agua desde La Fontona a Gijón.

En este punto abandonamos las marcas del PR para ascender al pico Fueyo. Una senda hacia el cresterío de la sierra nos ayuda al principio. Va ganando altura rápidamente escorándose hacia la ladera herbosa de la izquierda. Pronto la perdemos entre las hierbas altas y los helechos y decidimos subir casi directos con mucha inclinación hasta que cerca del collado la reencontramos. Al cabo, llegamos a la Pasada de la Enrayá, collado situado sobre la misma sierra entre los picos Fueyo a la derecha y Escrita o Faltiñoso a la izquierda. Para alcanzar la cumbre hay que caminar unos metros por la cresta. Es un terreno calizo e irregular lleno de pequeños surcos donde ha crecido la hierba alta y hay que caminar con cuidado. La mejor opción es ir sobre la misma cresta rocosa. En la cima encontramos un vértice geodésico que se mueve y un buzón de montaña. Las vistas se extienden sobre el Parque Natural de Redes. A lo ya descrito se suman, de este a oeste y pasando por el sur, la cordal que va de la Llambria hasta el Campigüeños (el Tiatordos queda por detrás); cerca encontramos La Terralina, el Cullargayos y el pico Riegos; el gran Retriñón da paso al resto de la Sierra del Crespón (Peña Escrita, Guanalón, Cogollu y Corbellosu) y por detrás están la Forcada y el Cuchu; finalmente hacia el oeste vemos Peñas Negras y Peña Mea. Avanzamos un poco más por la cima para situarnos sobre el lomo norte de la montaña desde donde obtenemos buenas vistas del valle del Nalón.

Mayá Llampaces.

Fueyo desde La Enrayá.


Cima del Pico Fueyo.


Vista panorámica hacia el sur desde el pico Fueyo. La Sierra del Crespón se ve a la dcha.

Vista hacia el norte desde el Pico Fueyo en el Pico Trigueiro y La Xamoca.

Desandamos el camino hasta la majada Llamapaces. Seguimos hacia el sur descendiendo unos metros para continuar sobre la tubería del agua. Otro tramo de cómodo caminar nos lleva al paso de Rearcu entallado en la roca. Aunque hay una caída vertical de bastantes metros, no ofrece dificultad. Sólo tiene un par de puntos hacia el final donde extremamos las precauciones haciendo uso de las manos. El paso no obstante se puede rodear descendiendo por un sendero hacia la majada La Escrita y subiendo por otro después hasta enlazar con la tubería después de Rearcu.

Por el paso de Rearcu.

El sendero continúa sobre la tubería otro tramo, donde también encontramos altos helechos hasta alcanzar la Collá Cabera al lado del picón La Piedra. Aquí la tubería se precipita hacia el fondo del valle. Hace tres años en esta zona hubo una rotura y el agua salió con tanta presión que produjo un argayo de tal magnitud que tapó la “Ruta del Alba”. La cicatriz del suceso se v
e bien desde la citada ruta. La nuestra sube ahora unos metros hasta La Piedra; enorme pedrusco que da nombre al lugar. Hay una indicación caída que señala “Mayá Prieya”, aunque entiendo que esta majada corresponde a la que hay en buen estado unos metros por debajo más adelante. Paramos a reponer fuerzas.

La Piedra

Terminando las viandas, como habían pronosticado, comenzó la lluvia. Nos acompañó, sin tregua, hasta el final la ruta. Así es que con paraguas y chubasquero descendemos hasta las cabañas en uso de la Mayá Prieya con vacas y cabras. Continuamos el descenso virando al sureste, para perder unos 400 metros de altura, por una pista que viene desde la Ruta del Alba. Llegamos a la citada ruta a la altura de la piscifactoría y seguimos por ella en cómodo paseo bajo la lluvia. Así llegamos a la hermosa y bien arreglada aldea de Soto de Agues. La cruzamos. Un camino de tierra, entre prados, nos lleva hasta desembocar en la carretera que, finalmente, nos deja en Villamorey.

Lorenzo Sánchez Velázquez




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